Compras amigables para proteger al planeta
Aquí te presentamos algunas ideas simples para ayudar al planeta y, de paso, fortalecer a tu comunidad.
Seguramente te has enterado que hay muchos productos de empresas de dudosas procedencias que, además de no saber cómo se manufacturan o si en el lugar de su manufacturación hay las condiciones humanitarias mínimas para sus empleadores, resultan ser dañinos para el planeta. Pero ¿qué hacer si estos productos están al alcance de la mano? Aquí te presentamos algunas ideas simples para ayudar al planeta y, de paso, fortalecer a tu comunidad.
Compra local
Siempre. En tu mercado de al lado, al vecino, a la verdulería de enfrente. Así sabrás que tú dinero se va a invertir en los mismos impuestos que tú pagas: luz, agua, electricidad, seguridad social y que ese dinero servirá para la educación de tu hijo y el de tu vecino o vecina.
Acude al vendedor especializado
Las tiendas enormes que lo mismo te venden una lámpara que un melocotón, en aras de abarcar muchos campos, no se especializan en eso que tú estás buscando. Si necesitas una extensión eléctrica, ve con el ferretero de tu barrio y si precisas de un jitomate para tu salsa encontrarás el fresco y jugoso en el tianguis que se pone a escasas cuadras de tu vivienda.
Compra de segunda mano
Hay productos que solo usas una vez y no los vuelves a usar. Una venta de Garage es una buena idea para hacer una compra barata, cuidar el planeta y, de paso, conocer a tu vecino.
Incorpora el trueque en tu vida
Es una práctica ancestral y aunque ahora el capitalismo Gore parece una tendencia irreversible, el trueque puede servir en pequeñas cosas: servicios, objetos y hasta ese libro que ya leíste y que, francamente, no volverás a abrir.
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